Faltan escasas horas para que se conozca la sentencia del juicio del 11 m, la mayor tragedia terrorista que ha sufrido nuestro país.
Mañana debiera ser un día de alivio para las víctimas sus familiares y allegados. La condena implica que al menos las hienas asesinas que tantas familias han destrozado, que han segado de raíz la existencia de los que fueron y son en la memoria colectiva padres, madres , hermanos, etc, pagarán por sus crímenes.
Pero tristemente lo que sugiere el decoro y la decencia no es tal cuando la política y los políticos clavan sus zarpas en la tragedia humana,bien para eludir responsabilidades, bien para justificar lo injustificable o simplemente con el animo de obtener rédito electoral.
Durante 3 años sin el menor escrúpulo, difamadores varios amparados en la libertad de expresión han chapoteado en el dolor humano haciendo del carroñerismo bandera de una falaz afirmación "Queremos saber".
Un deseo de conocer que no es tal, sino un canallesco queremos imponer. Imponer una teoría absurda conspiratoria que tiene por único objeto desprestigiar al Gobierno a la vez que se protege a los infames responsables de uno de los más vergonzantes episodios de nuestra democracia. En el camino ha quedado la denigración de nuestras FCSE y la duda interesada permanente que no oculta el fétido aliento de la bestia del revanchismo que se oculta tras esta supuesta investigación independiente.
Cuando se podría pensar que la miseria moral habia alcanzado sus más altas cotas de expresión, el más difícil todavía, equilibristas del despropósito y la sinrazón perpetran un último intento de proteger lo que nunca han tenido: responsabilidad política.
Acebes dice que el PP "nunca" ha mantenido la teoría de la conspiración ni ha "utilizado un atentado terrorista"
Ante tamaño ejercicio de hipocresia, sobran los calificativos únicamente lamentar que este individuo siga en la actividad política
